viernes, 7 de diciembre de 2012

Cultura Valdivia



Valdivia es una cultura arqueológica precolombina que se desarrolló entre el 3500 y el 1800 a. C. en la costa occidental del Ecuador Se asentó en la Península de Santa Elena, en el estuario del Guayas, en Los Ríos, Manabí y El Oro.

Historia

El desarrollo de la cultura valdiviana dio paso en la misma región a la cultura Machalilla y muchos de sus elementos culturales, como la cerámica, se difundirían rápidamente hacia las áreas vecinas. La gente de esta cultura fueron ceramistas que fabricaron figurillas femeninas, las más antiguas de piedra y luego de barro, a veces sencillas y otras mas elaboradas,eran objetos relacionados con la fertilidad y la salud.

El caso de la cultura valdiviana

El descubrimiento de esta cerámica tan antigua fue en un baño público de la costa ecuatoriana, hace algunas décadas, trajo consigo fama para el Ecuador, desde el punto de vista arqueológico; pues valdiviana aparece como una verdadera cultura del Periodo formativo. No hay duda de que los valdivianos siguieron las tradiciones arcaicas de la caza, la pesca y la recolección de moluscos, pero no se encuentran hasta ahora pruebas claras de que la valdiviana fuese una cultura intensamente agrícola.

Ambiente

Pero lo más sobresaliente, es que tenían la costumbre y habilidad para trabajar la arcilla que obtenían del suelo para realizar hermosas piezas de cerámica, entre las que se destacan los figurines femeninos llamados hoy "venus", que muestran un culto especial a la mujer y la fertilidad.

Organización social

Como el resto de las sociedades de la época, la cultura valdiviana tendría una organización de tipo tribal. Regulaban su vida a través de relaciones de reciprocidad y lazos de parentesco, que aseguraban la supervivencia del grupo. Es posible que contaran con jefes y especialistas en las relaciones con la esfera sobrenatural. Un buen resumen de la arquitectura formativa y de los poblados tempranos que puede ser de interés para el lector fue escrito hace pocos años por Echeverría (1998). La presencia de entierros debajo del piso arcilloso de las chozas residenciales es bastante característico de muchas sociedades agrícolas. En efecto, los entierros sirven como títulos de propiedad que indican cual linaje es dueño de la propiedad. Quizás los valdivianos hacían lo mismo. En muchas sociedades agrícolas en este nivel de desarrollo en el mundo, la propiedad pertenece a las mujeres y los linajes se definen por el lado femenino ("sociedad matrilineal"). La presencia de una "matriarca" en entierro muy especial en el montículo del osario de Real Alto posiblemente refleje una organización matrilineal para la cultura valdiviana.
Este mismo entierro sugiere algo más que un simple sistema matrilineal, porque esta mujer recibió atención muy especial. Primero, su tumba fue recubierta por piedras de moler. Luego, a los pies fue enterrado un hombre degollado y descuartizado, evidencia de un posible sacrificio en honor a la mujer. Tercero, hay evidencia de siete entierros secundarios en la misma tumba, probablemente realizados durante distintos ritos posteriores. Otro dato interesando sobre el osario es la presencia de entierros de niños en lo que parece ser recinto muy especial.
Según estas observaciones, la sociedad valdiviana se estaba transformando en una sociedad no igualitaria. Uno de los rasgos del cacicazgo es la concentración de autoridad en manos de herederos, y arqueológicamente se puede observar esta práctica por medio de entierros con víctimas sacrificadas. Un niño con atención tan especial probablemente nació con un rango privilegiado, ya que no tuvo tiempo en la vida para ganar este estatus. En el sitio OGSE-80 de la cultura Las Vegas, se encontraron alrededor de 190 individuos en 61 pozos. A pesar de esta riqueza de evidencia, no hubo ninguna señal ni de desigualdad social ni de sacrificios.

Economía

Su economía era mixta, basada en la agricultura y la obtención directa de recursos naturales. Los cultivos principales eran maíz, porotos y calabazas. Es posible que también plantaran ají y maní, así como algodón. Recolectaban frutos silvestres como papayas, piñas, chirimoyas y paltas, cazaban venados, pescaban y recolectaban mariscos.
La cultura valdiviana dio paso, en la misma región, a la cultura Machalilla. Transmitiendo a esta muchos elementos culturales, especialmente aquellos relacionados con la innovación en la cerámica.

Organización social

Como el resto de las sociedades de la época, la cultura valdiviana tendría una organización de tipo tribal. Regulaban su vida a través de relaciones de reciprocidad y lazos de parentesco, que aseguraban la supervivencia del grupo. Es posible que contaran con jefes y especialistas en las relaciones con la esfera sobrenatural. Un buen resumen de la arquitectura formativa y de los poblados tempranos que puede ser de interés para el lector fue escrito hace pocos años por Echeverría (1998). La presencia de entierros debajo del piso arcilloso de las chozas residenciales es bastante característico de muchas sociedades agrícolas. En efecto, los entierros sirven como títulos de propiedad que indican cual linaje es dueño de la propiedad. Quizás los valdivianos hacían lo mismo. En muchas sociedades agrícolas en este nivel de desarrollo en el mundo, la propiedad pertenece a las mujeres y los linajes se definen por el lado femenino ("sociedad matrilineal"). La presencia de una "matriarca" en entierro muy especial en el montículo del osario de Real Alto posiblemente refleje una organización matrilineal para la cultura valdiviana.
Este mismo entierro sugiere algo más que un simple sistema matrilineal, porque esta mujer recibió atención muy especial. Primero, su tumba fue recubierta por piedras de moler. Luego, a los pies fue enterrado un hombre degollado y descuartizado, evidencia de un posible sacrificio en honor a la mujer. Tercero, hay evidencia de siete entierros secundarios en la misma tumba, probablemente realizados durante distintos ritos posteriores. Otro dato interesando sobre el osario es la presencia de entierros de niños en lo que parece ser recinto muy especial.
Según estas observaciones, la sociedad valdiviana se estaba transformando en una sociedad no igualitaria. Uno de los rasgos del cacicazgo es la concentración de autoridad en manos de herederos, y arqueológicamente se puede observar esta práctica por medio de entierros con víctimas sacrificadas. Un niño con atención tan especial probablemente nació con un rango privilegiado, ya que no tuvo tiempo en la vida para ganar este estatus. En el sitio OGSE-80 de la cultura Las Vegas, se encontraron alrededor de 190 individuos en 61 pozos. A pesar de esta riqueza de evidencia, no hubo ninguna señal ni de desigualdad social ni de sacrificios.

Economía

Su economía era mixta, basada en la agricultura y la obtención directa de recursos naturales. Los cultivos principales eran maíz, porotos y calabazas. Es posible que también plantaran ají y maní, así como algodón. Recolectaban frutos silvestres como papayas, piñas, chirimoyas y paltas, cazaban venados, pescaban y recolectaban mariscos.
La cultura valdiviana dio paso, en la misma región, a la cultura Machalilla. Transmitiendo a esta muchos elementos culturales, especialmente aquellos relacionados con la innovación en la cerámica.

Morteros
Los morteros en forma de felinos, monos y loros servían para pulverizar sustancias medicinales y alucinógenas, la hoja de coca con la cal eran los elementos mas utilizados. Figuran entre la parafernalia de antiguos ritos de transformación religiosa facilitada por el uso de plantas de poder.
Los morteros, caracterizados por tener un recipiente cóncavo, fueron utilizados para moler alimentos, preparar pigmentos o colorantes, medicinas o veneno, para sus actividades de cacería o magia. A su función frecuentemente añadieron elementos artísticos ornamentales.Por lo que Ecuador es muy valioso por tener la cultura valdivia.

Venus de Valdivia

Las Venus de Valdivia son figuras de barro y piedra, las estatuillas son famosas por resaltar las formas femeninas, usualmente desnudas, y por portar peinados de todos los tamaños. El peinado en esa cultura, mientras más elevado era, indicaba que la mujer tenía una jerarquía más elevada dentro de su grupo. Las figuras empezaron a ser de piedra, para pasar poco a poco a barro. La arcilla la recogían de su suelo y pronto se convirtieron en una referencia posterior, ya que fue una temática muy repetida. Por este hecho, vemos la diferencia estética y técnica de las diversas culturas que le precedieron.
Todas las figurillas de arcilla y piedra de la cultura valdiviana tienen los mismos rasgos, a saber: ojos simplemente como incisión y en forma de grano de café, línea gruesa de cejas que hace la forma de la nariz, brazos juntos en el cuerpo y piernas sin pies. Además, tienen formas redondeadas y todas ellas tienen marcado el sexo, sobre todo los pechos. Otro rasgo importante son los complicados peinados que todas ellas llevan.
Aunque se ha teorizado mucho acerca de su finalidad, cuestionándose también el nombre dado de Venus, se encontraron muchas de ellas en tumbas y enterradas en campos. Se cree que serían una especie de talismán para fecundar la tierra y para propiciar la fertilidad. Por ello, se haría hincapie en su sexo. Además, se han encontrado muchas de estas piezas y podemos ver cómo se representan los distintos momentos fértiles de la mujer: juventud, parto, embarazo.



Cultura Chorrera


Su datación es de 1500 a C al 500 a C. y ocupó las provincias del Guayas, Los Rios, Manabí y Esmeraldas, y logró además, una gran expansión cultural prácticamente en todo el territorio ecuatoriano, por lo que se la considera un pilar fundamental en la creación de nuestro sentido de nacionalidad.
Por su riquísima expresión artística representada especialmente en su cerámica, se puede afirmar que Chorrera llega a constituir lo más sobresaliente de la estética y el arte en el periodo Formativo.
Su núcleo original geográfico se ubica en la actual provincia de Los Rios, en el sitio La Chorrera, en la ribera oriental del río Babahoyo, lugar en el que, en el año de 1954, Estrada, Evans y Meggers, con la valiosa información proporcionada por Francisco Huerta Rendón, realizaron los primeros estudios sistemáticos y en sus informes dieron a conocer la gran importancia arqueológica del descubrimiento.
Se considera que el arte de Chorrera tuvo una gran difusión e influencia en otras regiones del Nuevo Mundo. Su alto desarrollo estético y técnico era, sin lugar a dudas, el resultado de la gran tradición de la cerámica de las culturas que la antecedieron, es decir cultura Valdivia, cultura Machalilla y en los altos Andes, Cerro Narrío. Dos mil años de tradición artística que darán como resultado, en Chorrera, logros espectaculares en el diseño, decoración y tratamiento de formas y superficies en recipientes y figurillas desarrolados por los alfareros chorrenses.

Sorprende la riquísima representación en recipientes cerámicos de las formas diversas de su entorno natural como frutos, animales, aves, que actualmente constituyen un verdadero catálogo visual de la riqueza ecológica de ese antiquísimo paisaje. La vida cotidiana de los chorreranos también ha sido retratada en la cerámica: sacerdotes, músicos, remeros, danzantes, acróbatas han sido capturados y casi "fotografiados" en la ductilidad de la arcilla.
La cultura Chorrera también se destaca por el excelente manejo de la lítica, material con el que confeccionaron collares de cristal de roca compuestos por piezas perfectamente talladas y pulidas, trabajo en el que se debió haber utilizado una avanzada tecnología, si consideramos que el cristal de roca tiene una dureza similar al del diamante.
También emplearon otros minerales como el lapislázuli y la obsidiana o vidrio volcánico. Estos tres materiales no se encuentran en forma natural en las, zonas ocupadas por Chorrera, por los que se deduce que para proveerse de esos minerales los chorreranos tuvieron que practicar un comercio a gran distancia, posiblemente con zonas de la Sierra central y norte para la provisión de la obsidiana, y con el Perú y Chile para obtener el lapislázuli.
El tratamiento y pulido de las superficies en la cerámica de la cultura Chorrera llega a un nivel de alta perfección. Una técnica que sorprende por su delicadeza estética y lo fascinante de los efectos visuales, es el tratamiento iridiscente que constituye la aplicación de un color brillante que al contacto con el agua, como en un proceso mágico, destaca los diseños estilizados trabajados en la superficie.
En el finísimo acabado de las superficies cerámicas se ha empleado por lo general el engobe rojo, crema y los negros brillantes conseguidos con fuego reducido.
Las famosas botellas silvato desarrollada en Chorrera, constituyen verdaderos registros sonoros de la exuberante y multicolor ornitología de la zona tropical. El aire atrapado en el interior de la botella, era presionado al introducir agua y pasaba por la cámara de un sílbalo construído estratégicamente en la parte superior del cuerpo del recipiente.

Por medio de algunas piezas cerámicas en las que se representan casas, se puede tener una aproximación del tipo de arquitectura en Chorrera que estaba constituida por plantas redondas y rectangulares con paredes verticales y con techos a dos aguas.
La representación humana se encuentra presente en algunas figurillas, las cuales llegan hasta los 40 cm de alto, trabajadas mediante la uníon de dos mitades en las que generalmente la frontal era realizada en un molde. Sus cabezas grandes presentan un gorro en forma de casco. El rostro tiene ojos prominentes y rasgados.
Su datación es de 1500 a C al 500 a C. y ocupó las provincias del Guayas, Los Rios, Manabí y Esmeraldas, y logró además, una gran expansión cultural prácticamente en todo el territorio ecuatoriano, por lo que se la considera un pilar fundamental en la creación de nuestro sentido de nacionalidad.
Por su riquísima expresión artística representada especialmente en su cerámica, se puede afirmar que Chorrera llega a constituir lo más sobresaliente de la estética y el arte en el periodo Formativo.
Su núcleo original geográfico se ubica en la actual provincia de Los Rios, en el sitio La Chorrera, en la ribera oriental del río Babahoyo, lugar en el que, en el año de 1954, Estrada, Evans y Meggers, con la valiosa información proporcionada por Francisco Huerta Rendón, realizaron los primeros estudios sistemáticos y en sus informes dieron a conocer la gran importancia arqueológica del descubrimiento.
Se considera que el arte de Chorrera tuvo una gran difusión e influencia en otras regiones del Nuevo Mundo. Su alto desarrollo estético y técnico era, sin lugar a dudas, el resultado de la gran tradición de la cerámica de las culturas que la antecedieron, es decir cultura Valdivia, cultura Machalilla y en los altos Andes, Cerro Narrío. Dos mil años de tradición artística que darán como resultado, en Chorrera, logros espectaculares en el diseño, decoración y tratamiento de formas y superficies en recipientes y figurillas desarrolados por los alfareros chorrenses.

Sorprende la riquísima representación en recipientes cerámicos de las formas diversas de su entorno natural como frutos, animales, aves, que actualmente constituyen un verdadero catálogo visual de la riqueza ecológica de ese antiquísimo paisaje. La vida cotidiana de los chorreranos también ha sido retratada en la cerámica: sacerdotes, músicos, remeros, danzantes, acróbatas han sido capturados y casi "fotografiados" en la ductilidad de la arcilla.
La cultura Chorrera también se destaca por el excelente manejo de la lítica, material con el que confeccionaron collares de cristal de roca compuestos por piezas perfectamente talladas y pulidas, trabajo en el que se debió haber utilizado una avanzada tecnología, si consideramos que el cristal de roca tiene una dureza similar al del diamante.
También emplearon otros minerales como el lapislázuli y la obsidiana o vidrio volcánico. Estos tres materiales no se encuentran en forma natural en las, zonas ocupadas por Chorrera, por los que se deduce que para proveerse de esos minerales los chorreranos tuvieron que practicar un comercio a gran distancia, posiblemente con zonas de la Sierra central y norte para la provisión de la obsidiana, y con el Perú y Chile para obtener el lapislázuli.
El tratamiento y pulido de las superficies en la cerámica de la cultura Chorrera llega a un nivel de alta perfección. Una técnica que sorprende por su delicadeza estética y lo fascinante de los efectos visuales, es el tratamiento iridiscente que constituye la aplicación de un color brillante que al contacto con el agua, como en un proceso mágico, destaca los diseños estilizados trabajados en la superficie.
En el finísimo acabado de las superficies cerámicas se ha empleado por lo general el engobe rojo, crema y los negros brillantes conseguidos con fuego reducido.
Las famosas botellas silvato desarrollada en Chorrera, constituyen verdaderos registros sonoros de la exuberante y multicolor ornitología de la zona tropical. El aire atrapado en el interior de la botella, era presionado al introducir agua y pasaba por la cámara de un sílbalo construído estratégicamente en la parte superior del cuerpo del recipiente.

Por medio de algunas piezas cerámicas en las que se representan casas, se puede tener una aproximación del tipo de arquitectura en Chorrera que estaba constituida por plantas redondas y rectangulares con paredes verticales y con techos a dos aguas.
La representación humana se encuentra presente en algunas figurillas, las cuales llegan hasta los 40 cm de alto, trabajadas mediante la uníon de dos mitades en las que generalmente la frontal era realizada en un molde. Sus cabezas grandes presentan un gorro en forma de casco. El rostro tiene ojos prominentes y rasgados. 

Cultura Tolita



Cultura Tolita
La cultura de Tumaco-La Tolita fue una cultura precolombina que se difundió por la región costera de Colombia y Ecuador. Dos de los yacimientos más notables de esta cultura amerindia son Tumaco y La Tolita, de los que toma su nombre. Dependiendo de la fuente, puede aparecer denominada también como cultura de Tumaco o de La Tolita. La evidencia arqueológica disponible de esta cultura es antigua en el caso del sitio de La Tolita, cuyos materiales han sido fechados alrededor del año 600 a. C., mientraholas que en Tumaco las fechas más antiguas corresponden a 300 a. C.
Ubicación
Esta antigua fase indígena que desarrolló entre los años 600 a. C. y 400 d. C. Tuvo su asentamiento principal en el estuario del río Santiago, al norte de la provincia de Esmeraldas, y su nombre se debe a una de las islas que se encuentran en la desembocadura de dicho río, en la que existen numerosas Tolas o monumentos funerarios en forma de montículos de tierra.

Hallazgos

Fueron descubiertos en la zona arqueológica, lo que el investigador colombiano Julio Cesar Cubillos denomino “basureros precolombinos”, estos dan evidencias de los sobrantes de las labores artísticas realizadas por estas gentes, fue de particular interés para el investigador hallar partículas de oro de formas variadas y caprichosas conbinadas con fragmentos de hilados para la industria textil.
Destaca la orfebrería del oro y la tumbaga, en forma de bellas máscaras y figurillas antropomorfas que reflejan una sociedad jerarquizada con complejos ceremoniales. Estas piezas provienen de las tolas, enterramientos dispersos en forma de montículo con ricos ajuares que han sido víctimas en numerosas ocasiones de saqueos.
La cerámica de esta cultura evidencia muchos ejemplos de costumbres, religión, vestuario adornos, fisionomía en fin todo sobre las etnias que durante centurias poblaron el litoral Pacífico. Conviene tener presente que los aretes, narigueras, adornos, balacas y pectorales. La cerámica se empleaba en la fabricación de utensilios de uso cotidiano, pero también para piezas de uso ritual y para la escultura. A través de estas piezas es posible conocer diversas costumbres de los pueblos que portaron esta cultura.
«La excelencia de la cerámica y la orfebrería de La Tolita ha propiciado que sea la cultura más conocida y que la literatura científica sobre Esmeraldas sea, sin duda, la más nutrida sobre el Ecuador precolombino, pero, desgraciadamente, se puede afirmar que gran parte de ella es desconocida o pasa inadvertida en el Ecuador por haber sido escrita en un alto porcentaje por autores extranjeros» «La Tolita es el sitio en que por primera vez en la historia de la humanidad se trabajó en platino, cuando el mismo precioso metal se lo comienza a utilizar en Europa apenas en el siglo XVIII. Hábiles lapidarios trabajaban piedras preciosas o semipreciosas como la esmeralda, el cuarzo, el ágata y la turquesa, para engastarlas en joyas de oro y plata»